El descenso de cañones o barrancos en Asturias

El descenso de cañones o barrancos en Asturias

Durante mucho tiempo, los cañones, gargantas y su universo de agua y de piedra eran prácticamente solo hoyados por los espeleólogos. Estos recorridos llamaron la atención, poco después de los primeros montañeros, escaladores y kayakistas, recorridos que les ofrecían nuevas sensaciones franqueando cascadas, rapidos y toboganes, pasando marmitas de gigante, estrechos, caos y sifones.

Estas actividades solo podían realizarse en las regiones o territorios donde los relieves y la cuenca hidrográfica son complejos. Este es el caso de España donde el descenso de cañones o barrancos se desarrolla ya a partir de los años 60.

La progresión en un cañón o en torrente es una actividad eminentemente acuática: saltar las cascadas y desniveles, deslizarse, nadar algunos largos, etc. pero también requiere utilizar técnicas de escalada y de descenso en rappel con la ayuda de una cuerda y arneses.

El Itinerario

La primera regla del descenso de cañones es tratar de seguir siempre el curso de agua. Con esto a veces nos encontramos situaciones delicadas: cascadas, curvas sin visibilidad, toboganes oblicuos, cuellos de botella, sifones, pasos en apnea.

Por esto es muy necesario el conocimiento del manejo de cuerdas así como conocer los movimientos de las aguas bravas. Es pues una actividad que asocia conocimientos de  montaña, escalada, espeleología y piragüismo de aguas bravas.

Equipamiento

Necesitaremos un traje de neopreno especifico con capucha, un casco, ropa isotérmica, calcetin de neopreno y botas con gran agarre en terreno deslizante, silbato, arnés, mochila de cañones, cuerdas de rappel, con mosquetones, rapeladores y friends.

Cada grupo debería llevar un botiquín así como ropa de urgencia, una manta térmica, cerillas estancas y una linterna frontal.

Franquear las cascadas

Las pequeñas cascadas muchas veces pueden evitarse caminando o destrepando, pero el objetivo del juego es en unos casos saltarlas o en otros deslizarse de espalda, utilizando la corriente. No cabe duda que hay que asegurarse que tenemos suficiente profundidad de agua a la recepción.

En estos toboganes naturales la técnica consiste en sentarse en la corriente con los pies por delante y los brazos plegados sobre el pecho para evitar choques con los bordes. Las cascadas más altas se franquean con la ayuda de una cuerda de rappel. La operación no representa gran dificultad en sí, pero el ruido del agua puede impresionar y dificulta la comunicación verbal, pudiendo ser la presión del agua enorme en la base de la cascada.

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